Lo seré si me lo trabajo y merezco, cómo se dice habitualmente.

Si analizo con una cierta seriedad y neutralidad mis posibilidades de ser reconocido y valorado en un grado suficiente para que considere que he hecho bien dedicándome a esta profesión tan maravillosa, decisión que tomé de manera definitiva a los 18 años, durante un período que tuve que estar en cama reflexionando sobre lo que yo quería hacer profesionalmente en mi vida, en que la pintura, el dibujo, la ilustración, y en menor medida aunque también me producía mucha satisfacción la escultura es grabado y estampación, el diseño y dibujo geométrico, que llegue a apreciar como un conocimiento imprescindible y que no me producía el rechazo que suele causar en los artistas amantes de la expresión libre y pasional de una manera casi irracional, que consideraban todo lo que es geometría, proporciones matemáticas y geométricas, en fin todo aquello que el artista con características denominadas como hápticas por Lowenfelt y Lambert entre otros también importantes teóricos, pedagogos y psicólogos visuales que investigaron en las características de la percepción visual, creando las bases que necesitaba como base científica la denominada teoría de la gestalt, que supuso la creación de una nueva academia, aunque naturalmente a mi entender tampoco era tan nueva porque en el fondo, había mucho de lo que yo se sabía en la tradición pictórica anterior, en cuanto la expresión, acordémonos del Greco y de los manieristas, del dinamismo que tenía Rubens, la espontaneidad de la pincelada de Velázquez, Goya o Rembrandt. Etc. etc. Y no olvidemos el arte del extremo Oriente y su caligrafía y la importancia del carácter y la expresión del trazo que con el pincel o brocha, utilizado de manera magistral, resultado de un aprendizaje y entrenamiento que suponía años de práctica, repitiendo hasta la saciedad, formas y trazos, hasta que prácticamente se automatizaban como quien lleva muchos años conduciendo, en donde se produce esta automatización necesaria para el conductor no esté pensando en cambiar la marcha o pisar el pedal del freno, sino que se realiza de manera no consciente y automática, de esa manera el conductor tiene sus cinco sentidos en lo que de verdad es importante en el tráfico como es el control del espacio y de los vehículos que tiene alrededor, naturalmente mejorando la seguridad de todo el sistema. Esa automatización y que conseguían los maestros del ukiyo-e, tenía la finalidad de expresar directamente las emociones y sentimientos, que transferidos de manera directa al receptor que interpretaba con su sensibilidad, al igual que la pintura de tinta china. Naturalmente, esto en Occidente tuvo una influencia muy grande en el expresionismo abstracto gestual, que también tenía como finalidad de los sentimientos y la del pintor. Perceptor entendía, acompañando el contenido literario con esa expresión más espiritual dándole una característica mayor de contenido sin la perturbación de un pincel utiliza de manera torpe él después se realizaban con una expresividad seguridad buena automatizaban y sé hasta que el pincel se convertía en algo que prácticamente HMN y de manera automática trasladaba el sentimiento y el temperamento de la persona que con se transmitía para comprender lo para su significado el carácter del trazo o signo, cuya velocidad de ejecución y presión del pincel contenido si no también tiene mucha importancia la manera de expresarse gestualmente la velocidad en la potencia del trazo excelente de las energías, pues estaba en el pasado en lo que el artista siempre utilizado para crear que sustituyó que presentemente sustituiría todo lo antiguo que ya no servía para los nuevos tiempos la influencia en la personalidad memoria emocional y de todo lo vivido como experiencias tanto constructivas como de destructivas en la memoria emocional en la y la subjetividad que un espectador o un creador puede tener según sus vivencias, sus sentimientos o su estado anímico y que he utilizado mucho.